Cuenta la leyenda, que hace 4.000 años, nació el Miedo.
Fruto de una infidelidad mitológica.
Afrodita, diosa de la belleza y del amor, estando casada con Hefesto, se enamoró perdidamente de Ares, dios de la guerra. De ese amor nacieron 5 hijos: Eros, el dios del amor; Anteros, amor no correspondido; Hímero, lujuria y 2 hermanos gemelos: Fobos y Deimos. Fobos fue el dios del pánico y el miedo, era quien daba la alarma, quien provocaba pánico y quien hacía que los guerreros huyeran despavoridos de las batallas. Su hermano, Deimos, era la representación del terror, aparecía después de que su hermano actuara paralizando de terror a los guerreros que habían huido.
Cientos de años después, todos esos dioses, en forma de emociones y sensaciones, sigue estando muy presente en lo que nosotros llamamos amor.
Porque,
La Magia del Pasado es la ciencia del futuro.
Hoy, gracias a la neurociencia sabemos que el miedo no es un dios, sino una de las 6 emociones primarias que tenemos los seres humanos. Y la fobia, el terror, la capacidad de paralizar o de ahuyentar, sensaciones que derivan de él.
Las emociones básicas son respuestas adaptativas que nuestro cuerpo usa para asegurar nuestra supervivencia. O como dice una definición budista:
“son una etiqueta mental a una sensación física”
Un nombre que les hemos puesto a una sensación que sucede en nuestro cuerpo con el fin de que entendamos algo.
Por eso, las emociones son nuestro sistema de alarmas. Si suena, nos están avisando de algo que requiere nuestra atención, y nos paralizan para saber qué es. Si no sucede nada, no hay cambios en nuestro cuerpo y podemos seguir adelante.
Todas esas alarmas, sin excepción, aportan algo positivo, todas tienen una intención positiva. Sólo hay que conocerlas, entenderlas, naturalizarlas y escucharlas.
Y después: decidir.
Ellas te avisan, tú decides.Porque ten claro una cosa.